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Minga 1999

MESTIZO

 

Forjando la historia se continuó para 1998 y 1999, el trabajo de Indoamericanto, con un total de 365 personas. No solo el desfile del día 6 de enero fue escenario para la incursión de la gran comparsa del Carnaval.  Además los días de ensayo previos, obligaron la utilización de las calles de la ciudad, fueron a la vez un abre bocas de la imponencia de este colectivo humano.

 

Hijo del mundo acunador de aires y decires de muchas partes, tejedor de sonidos enredados en abecedarios lejanos, creador de circunstancias propias con las que se muestra a los demás. Hijo de la ebriedad de la chicha y de vino de donde tomó su sangre y el color para su piel con las tres razas, fruto de los jirones de las noches africanas plenas de cadencia y canto, junto a la serena melancolía de los amaneceres indios, donde al abrigo del sol crecían papas y maíz, aportando el color de sus caminos como síntoma del hombre nuevo de América, junto a los misterios de la piel blanca fabricaron el alma fervorosa para misticismo donde se aferra la sabiduría de tantas civilizaciones que no se contuvieron en el curos de la historia, sino que la forjaron con su gloria. Este es el mestizo, el que busca cobijo en su mamá cueche otorgadora de sentires y placeres donde guarda el arco iris sus colores y en su sombrero el contacto con la Madre Tierra, que se despojó de sus vegetales para cubrir sus pensamientos. 
Mestizo que abre su corazón al mundo para dar de sí, el color amable de su presencia, habitante de América, país por el que sufre y goza como cada frontera.

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