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Minga 2021

ORIGEN

 

“Antes de saber sobre la humanidad, reconstruyámonos como humanos”

“Somos gente que hacemos historia para aportarle al mundo, somos seres espirituales. Aquí habitamos los indígenas que desde hace 517 años vivimos el saqueo y el engaño. Desde entonces, los nativos de estas tierras hemos vivido el atropello. Seguimos en la resistencia con nuestra cultura”

Una mirada al pueblo Awá, Revista Semana, 2011

El planeta amanece y se duerme desierto, la naturaleza indiferente sigue su curso, nada la detiene y nuestra ausencia le devuelve aguas cristalinas, vegetación frondosa y animales en libertad. El distanciamiento social que surge prioritario nos lleva a reflexionar nuestros vínculos sobre todo, el vínculo con nosotros mismos, con nuestra humanidad, y es entonces cuando se origina un renacer que como proceso transformador y en virtud de nuestra esencia como Fundación Cultural Indoamericanto y nuestra razón de ser como eslabón en el génesis, consideramos en esta ocasión el retorno al Origen mismo, como nuevo punto de partida, inspirados en la visión y el pensamiento del pueblo Awá sobre el entorno y el valor que se debe dar a la vida y a la enseñanza como el refugio de esta realidad.

 

El pueblo Awá no ha sido indiferente a la situación mundial pero ha encontrado refugio en sus usos y costumbres, en su origen, logrando el reencuentro y apego a sus raíces que ha provocado nuevamente el asentamiento del Inkalawa (gente Awá) al interior de la selva, favoreciendo un resurgir de cosas buenas, como la unión, el retorno a la medicina y supervivencia ancestral y la conciencia de la pérdida de identidad debida a la permisividad de la modernidad. La conciencia de esta nueva realidad cobra importancia cuando volvemos la mirada y la razón a donde todo comenzó, un origen que hace que recordemos y acojamos de nuevo lo que el ser realmente necesita para darle sentido a su vida, desechando el odiar y el hacer daño y sencillamente siendo felices.

 

Y es que esta coyuntura, nos ha permitido a todas y todos valorar al menos algo que antes estaba relegado y que ahora retoma un valor incalculable, de esta reflexión se deriva que presenciamos nuevamente en el inicio del todo. En nuestro nuevo origen, como mingueras y mingueros proponemos repensarnos desde algunos estados del ser humano construidos en una minga de pensamiento desde la virtualidad con nuestras hermanas y hermanos Awá del Resguardo Chinguirito Mira del Corregimiento de Caunapi en el Municipio de Tumaco, estados tan fáciles de encontrar y tan difíciles de priorizar que se tornan urgentes para esta nueva normalidad y el surgir de un nuevo proceso transformador.

 

Para llegar a materializar la visión de nuestro Origen debemos tener como precursor: la sensibilidad, condición necesaria para pensar, permitiéndonos aflorar el amor a la música, al arte, a disfrutar una buena compañía, a la naturaleza o a nuestros semejantes. Al encontrar nuestra sensibilidad sentiremos la vida con mayor intensidad otorgándonos la oportunidad de ver la realidad a profundidad.  Como respuesta a esta nueva realidad humana, emerge el miedo como un sentimiento que no desaparece, que adopta nuevas formas y que cumple un rol fundamental en la supervivencia de todo lo que tiene vida, sin este moriríamos de inmediato y que hoy cobra más relevancia, por ello ahora se hace indispensable meditar sobre: la calma, como fortaleza y complementariedad.

 

Buscando nuestro universo interior en medio de la dificultad percibimos que aquí reside la oportunidad de reiniciar, un momento a solas nos permite la conciencia de lo que estamos haciendo para luego elegir un mejor camino y lograr el reencuentro con nosotros mismos viendo la soledad desde el optimismo, ligada al pensamiento, el poder y la palabra como resultados de un acto consiente positivo de ver la grandeza que se esconde detrás del sufrimiento, extrañando a Indoamericanto como un recuerdo de felicidad.  Ahora contamos con una armadura y con urgencia se hace necesario sentirse acompañado, logrando que el camino sea más corto, fortaleciendo las buenas emociones del alma, y permitiendo que se olviden las circunstancias negativas. La compañía nos hace sentir protegidos, nos hace ver fuertes y da valor a quienes tenemos al lado.

 

En la cotidianidad que hasta hace unos meses vivíamos, llegamos a pensar que un abrazo no tiene la solución al problema, pero hoy creemos que su magia recompone nuestras heridas, alivia nuestro sufrimiento y nos transmite que hay alguien que nos quiere y se preocupa por nosotros, abrazar es acariciar el alma. Para Indoamericanto es vital sentir el apoyo de más de 200 almas que se acompañan en una sola oración para el resurgimiento de la conciencia y el anhelo de volver a estar juntos y agradecer el milagro de estar vivos, volver a la unión y transitar hacia la empatía, el estado que nos da la capacidad de dejar de ser el yo y convertirnos el otro para entender el nosotros. A ese nosotros le llamamos la familia, sinónimo de fortaleza pura para el espíritu, la cuna del crecimiento, el optimismo y las ganas de llegar al final, vínculos que van más allá de la sangre.

 

Es desde la familia donde cada uno de nosotros se abre a la vida y a esa exigencia de relacionarnos con los demás, procedemos a enmarcarnos en pensamientos colectivos, reconocerse en igualdad y en el bien colectivo.  La gran minga por la vida nos permite compartir el pensamiento de preservación del legado de nuestros ancestros, el amor por nuestra cultura, el arte, nuestras raíces, nuestro origen, el agradecimiento eterno a quienes lucharon para que hoy estemos de pie, para que nada nos arrebate uno de los estados que tiene el ser humano como facultad natural: la libertad, libertad, de salir al campo, a las calles, a disfrutar de un paseo, de escoger compañía, de viajar, de ver el atardecer o de recorrer la senda del Carnaval.

 

Como fundación queremos dejar un precedente para la búsqueda de nuestro origen, más aún en los días oscuros, oscuridad que generalmente se asocia con maldad, temor o zozobra, pero que hoy para Indoamericanto, gracias a la inspiración de nuestras hermanas y hermanos mayores Awá las tinieblas y las sombras resguardan la verdad, la ilusión, el arte, la valentía y hasta la alegría. Qué bonita es la oscuridad en donde la magia de las almas se sienten más vivas y uno puede acariciarlas sin prejuicios gracias al encuentro con los estados como ser humano donde se consiga dar significado al  origen.

 

Nunca antes se amó tanto, se soñó tanto… Nunca antes el globo terráqueo se sintió tan comprometido por un mensaje de solidaridad y de cariño legítimo, puro y verdadero…

Mil Poemas a Cesar Vallejo

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