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Minga 2022

BRAVO PUEBLO

 

Así somos en el sur, contadores de historias de una nación sin memoria, nuestras ancestras y ancestros nos han enseñado que se camina de espaldas al futuro y mirando al pasado, nos aferramos a la magia que acompaña los días de quienes no nos acostumbramos a la realidad y nos apoyamos unos a otros en nuestros sueños y fantasías para poder sobrellevar el día a día y así, transmitir resistencia a la gente, al pueblo, a nuestro pueblo.

El ir y venir de la historia, que se repite una vez más, ha hecho que el pueblo se levante y se movilice, el estallido social de 2021 nos rememora aquellas historias compartidas por nuestra mayor, que hablan de las mismas injusticias, los mismos procederes y coincidentemente en el mismo mes, el hermoso mayo.  Hoy una juventud anónima y colectiva expresa su indignación y necesidad de cambio en circunstancias de represión total, tal como pasaría en 1800 con la revolución de los comuneros.

La historia contada siempre desde la visión de los vencedores nos ha permitido reconstruir algo de nuestra propia dignidad colectiva e histórica: por allá en 1537 cuando se funda la villa de Pasto, por Sebastián de Benalcázar, se presentan los levantamientos quillacingas que resistieron por tres años antes de la pasificación, la desobediencia civil en gesto de rebeldía buscaba hacer desagradable la vida de los conquistadores en este valle, para que abandonen su cometido.  Años más tarde, llega la conspiración de Don Gonzalo Rodríguez, de quien se podría decir fue el primer acto de rebeldía contra la corona. El prócer establece contactos con Quito y Cali a través de criptogramas enviados mediante los chasquis, planeando un gran ataque en contra de España siendo traicionado. Don Gonzalo es capturado y descuartizado en la plaza pública de Ingapamba ahora Rumipamba, en mensaje de advertencia a los instigadores.

Como antesala a la revuelta de 1800 tenemos a la sublevación comunera de1781 contra el cobro de los impuestos, los estancos y el impuesto al aguardiente, en el que fue asesinado el señor José Ignacio Pereno, alto dignatario llegado a Pasto con la intención de realizar los cobros, aun sabiendo que el cabildo advirtió que eran días de junio, días de la fiesta de San Juan y que el descontento era grande en los poblados de Genoy, Jongovito, Obonuco y Catambuco, y es allí, que en pleno motín le da muerte un señor de apellido Naspiran, y nace en los cabildos el concepto de las revoluciones de los pueblos indios.

Ya en los días de mayo de 1800 se dará lugar a la revuelta de los comuneros y comuneras del sur, en la que se levantan distintos pueblos de los pastos por el aumento en los diezmos y las aduanas. La protesta directa iniciada por las mujeres indígenas Manuela Tarapues Cumbal y Fransisca Aucuc en Guaitarilla el 18 de mayo de 1800, da lugar a la conspiración comunera que involucra a otros pueblos Guatarilla, Túquerres, Chaitan, Sapuyes, Imues, El Guabo y Yascual los días 18 y 19 de mayo de 1800.

Con el estallido del motín, los comuneros se concentran en Túquerres y asumen lo que hoy en día se denomina la actitud de desobediencia civil, pretenden encontrar a los hermanos Francisco y Atanasio Rodríguez Clavijo para pedirles el documento de recudimiento y romperlo como acto simbólico y político de protesta social, el grito comuneros se torna directo, Luis Lorenzo Piscal grita con su tambor ¡No más perdón guerra, guerra!

El 19 de mayo se destruyen las fábricas reales del aguardiente en Tuquerres y Sapuyes, una de ellas conocida en como la casa del diablo, centro de vejámenes para los indios que no alcanzaban a pagar los tributos. La madrugada del 20 de mayo se ajusticia a los hermanos Rodríguez Clavijo, corregidor y diezmero de la provincia de los pastos.  Posteriormente la corona dicta medidas y se amenaza con la persecución de los involucrados logrando la dispersión de los comuneros, los implicados sufren prisión y son ajusticiados y penalizados hombres y mujeres en Pasto el 22 de noviembre de 1802.

Ramón Cucas Remo, Lorenzo Carlosama y Lorenzo Piscal fueron los principales comuneros de la revolución, sentenciados a muerte por sus actos de rebeldía y defensa de la población de los atropellos cometidos por los dirigentes en esa época.  El músico Lorenzo Piscal nos inspira a comprender el poder político que tiene el instrumento musical y la responsabilidad de poner nuestro arte al servicio de las justas luchas del pueblo, denunciando las injusticias y buscando siempre la paz y libertad. Con esta Minga 2022, hemos decidido no contar una historia nueva sino por el contrario recordarle al sur su propia historia

“Contra toda quietud, rebeldía;

contra toda opresión, libertad”

Alberto Quijano Guerrero

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